¿Quieres saber cómo la moda privilegia la delgadez o no estás listx para esa conversación?
Ya en varios artículos de Craps hemos hablado sobre la opresión y los estigmas de lxs cuerpxs no hegemónicos dentro de la moda, así que es hora de ver el otro lado: el privilegio que ocupa la delgadez en la moda. Porque no es suficiente (ni útil) hablar solamente de aquellxs que sufren una opresión sistémica por su cuerpx, sino también reconocer el privilegio que tenemos algunxs dentro de este sistema jerarquizado.
Yo soy una de esas personas que considera tener un cuerpx hegemónico, aquel valorado y asociado a la belleza normativa. No es para “creerme” bonita, ni mucho menos para sentirme agradecida; sino para reconocer que debido a mi delgadez (y al valor simbólico que se le atribuye a un cuerpo delgado), no he tenido que lidiar (o lidiar en menos medida) con ciertos eventos.
Pero antes de hablar sobre cómo se ha construido la idea de delgadez en la moda de tal manera que la posiciona en un espacio privilegiado, es necesario tener en cuenta que esta construcción también va a depender de un contexto sociocultural.
¿Qué es un cuerpx delgado?
Cuando alguien nos hace referencia a un cuerpx delgado, probablemente vamos a tener varios puntos en común en cuanto a su representación, sin embargo, hay también varios detalles que van a variar de acuerdo a los parámetros socioculturales con los cuales entendemos (o sea ha construido/representado) la delgadez. Esto quiere decir que si bien es evidente que la delgadez puede ser percibida como una característica observable, no está exenta de ser un constructo social también, pues lo que se considera delgado o no-delgado va a depender de la sociedad en la que está inserto el cuerpx en cuestión.
Para que se entienda bien tomemos un ejemplo clarito. La manera en la que se concibe un cuerpx delgado, por ejemplo, en sociedades como la surcoreana no es la misma que aquella que se construye en países latinos como Colombia o Perú. La primera está asociada a un cuerpx sin muchas curvas, mientras que en la segunda si bien se busca la cintura pequeña también la delgadez se asocia a una figura curvilínea (esto último también en parte por la representación estereotípica del cuerpx latinx exhuberante).
Incluso dentro de mismos contextos culturales, pero en diferentes espacios sociales la delgadez cobra distinta representación. Así, dentro del mundo de la moda, la delgadez que deben tener lxs modelxs de pasarela es aquella que asemeja el cuerpo a un maniquí; mientras que modelxs, por ejemplo, de publicidad vemos que es más recurrente un cuerpx no tan delgado. El mismo ejercicio se puede realizar para otros espacios, como el fisicoculturismo donde la delgadez no se asocia a bajo conteo de kilos sino con el desarrollo de gran musculatura.
¿Por qué decimos que lxs cuerpxs delgadxs dan paso a privilegios?
Primero hay que dejar bien en claro a qué me refiero con privilegios, pues a veces pareciera que se entiende que quien los tiene no sufre ningún tipo de opresión, como si su vida fuera perfecta y fácil.
No es así. De hecho, no sé por qué a veces se lo toma de esta manera.
Se que ninguna vida está ya resuelta y exenta de algún tipo de opresión, pero también debemos reconocer que (1) la sociedad en la que vivimos está jerarquizada, o sea que algunxs tenemos mayores oportunidades o facilidades en la vida (nuevamente, esto no quiere decir que tenemos la vida resuelta, solo que en ciertas cosas no la tenemos tan difícil como otrxs), (2) que esa jerarquía está envuelta también en relaciones de poder donde quienes “no la tienen tan fácil” están en una situación de opresión. No es porque no se esfuerzan ni porque no quieren salir de allí.
Así que, privilegios es eso que hace tu vida un poco más fácil, pero que por cuestiones del sistema (llámalo patriarcado, capitalismo, colonialismo, o todos juntos) no es algo con lo cual todxs puedan gozar.
Cuando hablo de privilegios por tener un cuerpx delgado, entonces, me refiero a que alguien con un cuerpx normativo pasa en menos medida por ciertos eventos o dificultades a diferencia de otra persona con un cuerpx no normativo.
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Se que también las personas con cuerpx delgado hemos sentido inseguridad con respecto a nuestro peso. Incluso, si eres de esas personas que son “muy” delgadas como yo siempre ha habido algúnx chistositx que te dijo que le deberías “echar más papa al caldo”. Reconocer que cuento con privilegios por mi corporalidad no significa negar todo lo anterior.
Es más, si puedo aceptar que mi cuerpx (muy) delgadx ha sido desfavorable para mí en ciertas ocasiones, por consiguiente, debería poder también aceptar que por esa misma corporalidad he podido “evitar” tener otro tipo de situaciones.
¿A qué situaciones nos referimos? Pues, a ver, desde mi experiencia personal y recordando testimonios de personas con cuerpxs no normativos, nunca me han dicho, sin conocerme, que me estoy descuidando; cuando voy al doctor, este no me alerta de riesgos de la salud solo por el peso que tiene mi cuerpx; cuando entro a Instagram, no noto que haya una ausencia de personas con mi mismo peso, al menos no sin que haya algún comentario de alguien diciéndole que su foto fomenta una enfermedad; cuando voy a comprar, nunca me han dicho que no hay nada para mi talla o me han mandado a una sección de embarazadas; y así.
Es más, muchas de estas situaciones ni siquiera las había pensado antes porque nunca habían supuesto un tema sobre las cuales pensar hasta que leí y empecé a seguir a personas con otras corporalidades.
La delgadez en la moda
Después de haber hablado sobre los privilegios que supone una corporalidad normativa, es necesario chequear cómo se ha contribuido a ello desde la moda.
Porque sí, debemos reconocer que la moda es un sistema que ha legitimado por siglos lo que significa tener un cuerpx bellx, y, por lo mismo, ha contribuido a que la delgadez en la moda y en la vida social sea mayor valorada y deseada que otras corporalidades.
Para dejar bien en claro cómo la delgadez en la moda tiene una posición privilegiada y cómo ese mismo privilegio traspasa la moda al resto de espacios sociales, tomaremos 3 aspectos: la representación, las tallas y tiendas, y los estilos o modas temporales.
La representación de la delgadez en la moda
Empiezo con esta porque es la más fácil de reconocer. Creo que pocxs pueden negar que existe una mayor amplitud de representación, sea en redes, medios de comunicación tradicionales o internet de cuerpos delgados que de otro tipo de corporalidades.
Por tanto, no sorprende que dentro de la industria de la moda la mayoría de modelxs que vemos en las campañas o publicidades de una marca son delgadas. Para ver modelxs no delgadas tendríamos que indagar en campañas que busquen vender el discurso body positive o en marcas que se abanderen de esta lucha. Aún así, lamentablemente, tenemos que decir que son la minoría de casos.
Otro tipo de representación dentro de la industria de la moda es aquella que se observa con los cuerpos de los maniquíes. Solo hace muy poco, desde el boom del body positive y su marketeo, he podido encontrarme con maniquíes que no representen una corporalidad normativa. He visto que Nike tiene sus maniquíes plus size, así como Sybilla en alguno de sus corners dentro de Saga Falabella.
Todo esto quiere decir que nosotrxs, aquellas personas que tenemos un cuerpo delgado, vemos de manera cotidiana cuerpxs como el nuestro (al menos en términos de volumen). Cuando vemos una marca nueva en Instagram y scrolleamos su feed para ver qué prendas nos llama la atención, nos encontramos con muchxs modelxs con quienes nos podemos sentir identificadxs (al menos en cuanto al volumen de su cuerpx).
Un sistema de tallas y tiendas que favorecen a la delgadez
Sobre esto no es tan fácil reconocer privilegios, sobre todo en el sistema de tallas utilizado por las marcas peruanas que son tan fan de la talla estándar. Pero, desde mi perspectiva, aún se pueden observar privilegios que unx tiene por tener un cuerpo delgado o normativo.
Como había comentado, tengo un cuerpo que algunxs consideran (por ejemplo, la OMS) que es ya muy delgado. Por tanto, si nos ceñimos a tallas para que un polo me quede pegado, tendría que ser un XS y en pantalón un 26/27, dependiendo de la marca. Si bien no siempre encuentro estas tallas, no he tenido tampoco gran problema para encontrar un S pequeño en pantalón y en polo; y el hecho de que haya casi siempre encontrado un S pequeño me da luces también de que probablemente los S de las marcas peruanas son realmente más parecidos a XS de retail, con lo cual un L (las pocas veces que una marca llega a esa talla) sería más un M.
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No me sorprende entonces, la odisea que debe asumir una persona de talla L o más para encontrar prendas con fit para sus cuerpxs.
Es más, para nosotrxs con corporalidades delgadas, si una prenda nos queda ancha, siempre está la posibilidad de mandarlo a achicar de acuerdo a tu gusto, pues es solo rebajar tela. Incluso, hay muchísimos videos DIY de ello en YouTube, Pinterest, Instagram y Tik Tok. Por el contrario, el problema que una prenda no te entre no se resuelve con tan solo dejarla en la costurera o ponerte a buscar un tutorial en internet.
Por último, para terminar con esta parte, también hay que recordar cuántas tiendas/marcas hay con tallas como S o M y cuántas tienen L, XL o incluso XXL. Recordemos también que, en las retails, espacios a los cuales acude muchísima gente para comprarse ropa, es muy poco usual encontrar tallas luego de la L, a menos que vayas a secciones “especializadas”, como la que hay, si mal no recuerdo, en Forever 21 para chicas “plus size”.
Otra cosa, ¿cuántas tiendas vintage o de segunda mano encontramos que hay para tallas que sobrepasen la L?
Modas hechas para cuerpxs delgados, pero que nadie te las vende así
Ya había dicho que varios de estos privilegios ni siquiera los había visto de esta forma si no fuera porque empecé a hablar y escuchar con personas con corporalidades no normativas. El tema de los estilos o prendas que se ponen de moda y cómo ello solo funciona para ciertxs cuerpxs fue uno de esos.
Ahora, cuando escribo que solo “funciona” para cuerpxs delgados no me refiero a que esté asumiendo un rol de fashion police, sino que son modas que las hemos visto ser llevadas, en su gran mayoría (tal vez en las mismas publicidades que las fomentan) por personas con una cierta corporalidad específica y que esto no es gratuito.
Comienzo por algo que me dejó tonta. En una ponencia de nuestra redactora Lucia Chirinos sobre body positive organizada por esta misma plataforma, ella relataba cómo la moda de los 90s, traída desde EEUU y replicada aquí, se basaba en la construcción de una “heroin chic”, haciendo alusión a cómo lucían las personas con drogadicción a la heroína. Por eso que en esa época Kate Moss era la modelo del momento: super delgada, desaliñada y con un tipo de maquillaje que pueda hacerle ver cansada o demacrada (pero que aún se viera como alguien bacán).
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Además, en la misma ponencia, Lucía mencionaba que luego en los 2000s (una época que está volviendo), vinieron varias modas que eran claramente gordófobicas, pues estaban hecha solo para cuerpxs delgados. Uno de ellos, y que creo que casi nadie quien vivió su pubertad o juventud en esa época no fue ajenx, fue el jean a la cadera. Todxs mis jeans eran a la cadera, y si bien debo confesar que eran super incómodos pues era super fácil que se te viera el poto al agacharte, no me había puesto a pensar que la idea de que estos jeans fueran a la cadera es que se volvió “sexy” que se expusieran los huesos de tu cadera. Pero no a todxs lxs cuerpxs se le notan esos huesos.
Otro ejemplo son también los tops pequeños que acompañaban todo ese look tipo Bratz, que también están volviendo actualmente. La idea de estos tops -y tal vez de cualquier top- es “lucir” tu abdomen plano o, al menos, semi plano. Pero, nuevamente, no todxs lxs cuerpxs tienen estas características, que al convertirse en una moda – o sea que la ves por todas partes- se convierten también en mandatos sociales sobre lo que es deseado.
Además de ello, no podemos trasladas esta mirada a la moda oversized. Para mí, la moda oversized era comprar un M o comprar incluso un S en marcas “masculinas”. Si quiero irme más en floro, me compro una prenda en talla L. No necesito que una prenda me la vendan como “oversized”, pero, bueno, las hay.
Pero, dejando de lado la (in)utilidad de la moda oversized, ¿qué tanto mis prendas oversized son las prendas fit de otras corporalidades a quienes justamente les cuesta mucho encontrar tallas? ¿Cuáles son esas prendas oversized para ellxs? ¿Las hay siquiera, o, nuevamente, solo es una moda para cuerpxs delgados?
Así como estas preguntas sobre la delgadez en la moda se me ocurren varias, pero, como ya decía, a veces es difícil ver obstáculos para otras personas cuando para ti nunca los han supuesto.
En mi vida he recibido varias burlas por mi cuerpo delgado, no siempre he encontrado un fit perfecto en una prenda, y mil cosas más; pero también acepto que hay muchísimas cosas por las que no he pasado y tal vez nunca pase justamente por mi cuerpx normativo. Darme cuenta de ello solo me hace ver de manera más crítica la moda y asumir una postura más empática en mis luchas, las cuales poco tienen que ver con competir por quién es más oprimidx o ha sufrido más, sino en contribuir a que este sistema deje de valorar más a ciertos cuerpxs por sobre otrxs.
Portada por Lorena Naveda
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Feminista en constante cuestionamiento. Antropóloga y gestora cultural obsesionada por ver la moda como objeto sociocultural.