Discusiones

Estereotipos de vestimenta queer y la identidad no binaria

Alguna vez te encontraste con Tik Toks o historias de Instagram de personas diciendo frases como: “Tu outfit se ve muy gay” o “Qué gay me veo”. Pues, lamentablemente, hasta el día de hoy existen diferentes estereotipos sobre la vestimenta de las personas LGBTIQ+. Aquí vamos a explorar el porqué de estos estereotipos, y cómo es que siguen vigentes hasta el día de hoy, a pesar de vivir en una sociedad donde supuestamente el vestir es completamente libre, y ya no importan las anticuadas reglas de género. 

¿De dónde provienen estos estereotipos?

Sin dudarlo, la cultura gay ha tenido un rol importante en la formación de la moda moderna y viceversa. Tanto antes como después de Stonewall, la moda ha tenido un papel importante dentro de la comunidad LGBTQ+, ya que siempre fue utilizada como un medio de expresión. 

Pero junto con esto, también se fueron generando diferentes estereotipos de vestimenta queer. Si damos una mirada al siglo XVIII, se podría decir que hubo una nueva era sexual o revolución de género. En la corte de Enrique III de Francia, se comenzó a popularizar un grupo de hombres llamados “el tercer género”. Estos eran hombres gays que adoptaban una manera de vestir más “afeminada”, es decir, utilizaban recursos de la vestimenta de las mujeres de la época.  

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estereotipos de vestimenta queer
“Macaroni” publicado en Monthly register of fashion 1773 
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“Les Garçonnes” de Jacques Henri 1928

A partir de esto, los próximos años comienza a instalarse el estereotipo de hombre gay que se viste “como mujer” y que en la época describían como afeminados. Llamados Mollies o macaronis, solo por el hecho de utilizar accesorios como sombreros o tocados, eran objeto de burlas y actos discriminatorios, asumiendo su orientación sexual solo por su manera de vestir. 

Recién casi dos siglos más adelante, se comenzó a ver mujeres que se liberaban de las reglas del vestir tradicional femenino. A las primeras mujeres que decidían dejar de utilizar el corset y no resaltar las curvas, se les tildó de lesbianas. Esto sin dejar de lado la popularización del corte de pelo a lo “garçonne”, que constaba de pelo muy corto, lo cual también escandalizó a la sociedad de la época trayendo consigo rumores asociados a la orientación sexual de quien lucía ese look. Y para terminar de escandalizar a la sociedad homofóbica de la época, cuando llegó el uso de pantalones en mujeres, era indudable que también las tildaron de lesbianas, solo por el hecho de no usar vestidos o faldas.

A estas mujeres, quienes elegían utilizar pantalones y el pelo corto, se les comenzó a llamar “butch”, un sinónimo de machona. Se decía que ellas querían ser hombres y sentían atracción por otras mujeres y que por eso se vestían de esa manera. Por otra parte, ya más cerca de la época post guerra, se comenzaron a ver mujeres lesbianas que no se vestían de una manera “masculina”, si no que elegían utilizar vestidos y faldas. A ellas las comenzaron a llamar “femmes”.

Este fue solo el inicio de los diferentes estereotipos de la vestimenta queer.

¿Esto sigue pasando en la actualidad? 

Lamentablemente, hasta el día de hoy seguimos utilizando adjetivos como “femenino y masculino” para describir cierto tipo de vestimentas o prendas. No es raro escuchar descripciones como: “Se viste como mujer” o “se viste como hombre” y comentarios sobre la orientación sexual a partir de lo que tiene puesto una persona. 

Pero, ¿por qué seguimos asumiendo que la ropa tiene género? O ¿Por qué seguimos asociando la manera de vestir con cierta orientación sexual? En resumen, seguimos recayendo en el sistema binario. Esto quiere decir que pensar que una mujer es lesbiana solo por el hecho de usar ropa ancha, o que un hombre es gay por utilizar algo pegado al cuerpo, son estereotipos de vestimenta queer que realmente ya no deberían existir. Y, hoy en día sabemos que la manera de vestir no tiene ninguna relación alguna con la orientación sexual de una persona, sin embargo se siguen perpetuando estos estereotipos.

Y todo eso, ¿cómo afecta a las personas no binarias?  

En los siglos descritos, las personas no binarias ni siquiera se encontraban en el mapa social, y por esto probablemente no hay estereotipos tan marcados sobre el vestir no binario.

Sin embargo, en la actualidad, en diferentes redes sociales ya se empiezan a gestar estereotipos de vestir de personas no binarias. Comentarios como “No se si es mujer o hombre” muchas veces están relacionados a lo que elige vestir una persona, y sin dudarlo, estos comentarios pueden llegar a ser dañinos. 

Las personas no binarias no nos deben androginia 

Después de conversar con personas que se identifican como no binarias sobre su vestir, llegué a la conclusión que también existe un estereotipo para elles. Se les exige verse y vestirse “andróginos”, y cuando no es así, suelen invalidar su identidad.  Y esto pasa hasta dentro de la misma comunidad LGBTIQ+. Si elles eligen optar por vestir prendas socialmente consideradas “femeninas” o “masculinas”, muchas veces son invalidades.  

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Demostración de la asociación de no binario con andrógino vía pinterest 

Por otra parte, el proceso de comprar ropa es muy problemático, ya que como sabemos, hasta el día de hoy las tiendas retail se dividen por las secciones mujer y hombre. Claramente esto delimita mucho a las personas no binarias y les hace pasar un mal momento. Sin embargo, a pesar de la violenta división que suele tener la moda en cuanto géneros, también puede llegar a ser un medio de expresión liberador para las personas no binarias.  

¿Cómo dejamos de perpetuar estereotipos de vestimenta queer? 

Con el simple hecho de dejar de asociar un género a los diferentes tipos de prendas sería un gran paso. Ya que, como vimos, todo comenzó así: hombres optando por utilizar accesorios eran llamados gays o afeminados. Por otra parte, mujeres optando por utilizar pantalones, que eran prendas exclusivamente masculinas para la época, eran llamadas lesbianas. La manera de vestir no tiene ninguna correlación con la orientación sexual ni identidad de género de una persona. Lamentablemente, como sociedad seguimos recayendo en el sistema binario que nos inculcaron por tanto tiempo, pero con simplemente dejar de hacer comentarios o asumir la orientación sexual de una persona a partir de su vestimenta, generaríamos un gran cambio. 


Portada por Lorena Naveda

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