Discusiones

¿Creías que el sector textil peruano estaba exento de problemas?

Ya habíamos hablado anteriormente sobre la situación de les trabajadores textiles en Gamarra y habíamos puesto en evidencia varias problemáticas que giran en torno a este sector. Esta vez, buscamos ampliar el foco al sector textil peruano y esclarecer las interconexiones entre diferentes problemáticas que sufre el sector actualmente.

La triada del sector textil peruano: el mercado, la ley y el sistema de inspecciones

Estos tres aspectos son los fundamentales para entender cómo es que se relacionan las diversas problemáticas que, a simple vista, parecen aisladas.

Mercado altamente competitivo

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Lo primero que debemos entender es que la mayoría de les trabajadores textiles peruanos no son independientes sino que están empleades por empresas peruanas, por lo que no es de sorprender que su trabajo (y las condiciones de este) este subordinado al empleadore.

Lo segundo es que el mercado textil peruano es altamente competitivo, en el que las empresas proveedoras (para quienes trabajan les textiles) enfrentan, de acuerdo al informe del centro de investigación SOMO, “una gran presión en las fechas de entrega, calidad y precio”.  Así, esto lleva a que las fábricas textiles empleen de forma fija a solo un número reducido de trabajadores. Lo más recurrente es el contrato temporal que permite emplear trabajadores para los picos altos de pedidos y despedir rápidamente a les mismes en los picos bajos de pedidos. 

Cabe resaltar que de acuerdo al mismo informe, se puede constatar que hay un factor de género en el tipo de contrato ofrecido. Así, quienes son empleados de forma estable son en su mayoría trabajadores hombres, mientras que las mujeres componen la mayoría que tiene contrato temporal, la cual es una modalidad que lleva a una gran incertidumbre laboral. La relación entre la presencia de mujeres y la precarización de las condiciones laborales ha suscitado que, de acuerdo al centro de investigación SOMO, se hable de una doble feminización del trabajo. 

Por último, hay que tomar en cuenta el alto índice de informalidad que existe en el sector, que invisibiliza a aquelles trabajadores que no se encuentran empleades por una empresa formal y, por tanto, quedan desamparados en sus derechos laborales.

Ley 22342

Si bien ya hablamos un poco de esta ley en nuestro Instagram, no está de más ahondar un poco más en ella dado la relevancia para las dinámicas que se han dado en el sector textil peruano.

La ley 22342 o Ley de Promoción de Las Exportaciones No Tradicionales fue promulgada en 1978 en el gobierno de las Fuerzas Armadas al mando de Morales Bermudez. En el año de la promulgación las exportaciones no tradicionales suponían 103 millones de dólares. Es por esta razón que la ley tuvo el objetivo de poder volver más competitivo el sector textil y, así, de acuerdo al decreto de la misma ley “lograr la modificación cualitativa de la estructura del comercio exterior del país”.

Lo central (y problemático) con esta ley es que fomenta a les empleadores a contratar de forma temporal a sus empleades textiles y, con ello, les da la potestad de poder poner un alto a sus servicios cuando este desee y bajo sus propios criterios. Esto, como no es de sorprender, da pie a diversas irregularidades laborales.

Aun cuando las exportaciones se han elevado considerablemente, que era la justificación de la implementación de dicha legislación, la ley 22342 sigue en vigencia.

El sistema de inspecciones

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El último actor dentro del sector textil peruano es el sistema de inspecciones. Como organismo que vigila, regula y castiga cualquier tipo de irregularidad, une pensaría que este estaría del lado de mejorar el sector y velar por los derechos laborales de les trabajadores textiles. Sin embargo, existen problemáticas internas que hacen que finalmente la vulvnerabilidad de les trabajadores persista.

Así, de acuerdo al informe sobre efectividad de las inspecciones en el sector textil peruano elaborado por PLADES, se concluye que los principales problemas del sistema de inspecciones tienen que ver con una insuficiente labor de investigación y motivación y una falta de celeridad en el proceso inspectivo. Esto, sumado a la poca disposición de les empleadores para facilitar la labor inspectiva, resulta en que varias denuncias por vulneración de derechos laborales se queden impunes, junto con les empleadores responsables.

¿Cómo se relacionan estos tres aspectos?

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La ley 22342, que tiene el objetivo de incrementar la competitividad del sector de exportaciones no tradicionales, efectivamente ha elevado la competitividad. Sin embargo, este incremento de competitividad junto con la naturaleza acelerada del mercado textil, solo ha generado que la ley 22342 se convierta en la mejor herramienta para explotar a les trabajadores, los eslabones más vulnerables dentro de la cadena textil.

Dado que el mercado es muy volátil, los contratos temporales promovidos por la ley 22342 caen como anillo al dedo. Así, la “flexibilidad” que ofrecen estos contratos solo genera un incremento en la incertidumbre laboral, pues el empleade debe rotar frecuentemente para poder generar un sueldo mínimo al mes.

Esta flexibilidad y libertad de poder terminar los contratos en tan solo unos días de haber contratado da pie también a ser utilizado en contra de los derechos laborales de les trabajadores. Este es el caso del derecho a la organización colectiva, la cual tiene un objetivo práctico que es asegurar y salvaguardar los derechos de les trabajadores. Este medio de demanda colectiva es derecho de todes quienes trabajan, sin embargo por cuestiones de intereses, a muches empleadores no les gusta la formación de sindicatos en sus empresas, por lo que estos utilizan como razón de cese de trabajo las actitudes sindicalistas. Sobre ello ha habido varias denuncias recibidas al Ministerio de Trabajo vinculando algunas grandes marcas de ropa peruana.

Por otro lado, como mencionábamos en el apartado sobre el sistema de inspecciones, este tiene diferentes falencias internas por lo que varias de las denuncias que llegan a esta instancia quedan impune, lo cual finalmente perpetúa que sigan ocurriendo.

Así, de acuerdo al informe de PLADES, las principales denuncias que llegan desde el sector textil peruano al sistema de inspecciones incluyen la violación a la seguridad y salud en el trabajo, las hostilizaciones, la falta a los beneficios laborales y el extenso número de jornadas.

Es importante, así, que quede en claro que las problemáticas del sector textil peruano no se deben a una sola variante si no que, por el contrario, son producto de una red de falencias y problemas internos que unen al mercado y el gobierno.


Portada por Lorena Naveda

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