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Resolviendo acertijos de la sostenibilidad junto a la marca peruana Celeste

Muchas veces no logramos entender qué es la sostenibilidad y por qué es importante pensar en ella cada vez que consumimos un producto. Olvidamos por completo ese chip de cuestionarnos y lo compramos a ojos cerrados. Conversar con Nia, dueña de la marca peruana Celeste, no solo nos ha regresado ese planteamiento de querer saber qué hay detrás de un producto, si no que también nos ha ayudado a resolver aquellos acertijos de la sostenibilidad y confiar más en aquellas personas que apuestan por una marca sostenible.

En contra del discurso nocivo de la Moda

Nia siempre estuvo envuelta en el mundo de la moda ya que tuvo una formación como artista. A los veinte años empezó a modelar y es ahí donde su discurso de la moda cambió por completo. Se dio cuenta que estaba sostenido por discursos nocivos para la humanidad: discursos clasistas, excluyentes, con mucha sexualización hacia la mujer y que lamentablemente cualquiera que esté en la moda, reconoce que estos discursos están implícitos.

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Darse cuenta de este gran problema, fue para Nia la gota que derramó el vaso, pues menciona que a partir de ese momento buscó la manera de cambiar ese sistema desde sus acciones y tuvo el deseo de crear una marca que ayude a reflejar sus pensamientos.

Por aquellos tiempos, la movida del fast fashion empezaba a pronunciarse aún más, una situación totalmente negativa para la moda sostenible, ya que no solo realza todo ese discurso negativo que se quiere cambiar, sino que además excluye todo lo bello que se puede explorar en la moda. A través de sus políticas que transgreden los derechos humanos, nos vuelven en consumidores pocos pensantes e inconscientes.

Muy aparte de eso, el hecho de que Nia se convirtiera en madre, hizo que su cuestionamiento creciera mucho más, porque ya no solo era vestirse a ella misma, sino a alguien más. Debido a que temía usar productos que contengan químicos o que encasillen a una persona dentro de un género, su investigación se hizo más profunda y consciente, ya que como ella dice “la maternidad reafirmó mis ideas y mis ganas de que Celeste funcione como una marca sostenible

¿Por qué Celeste?

“Lo llamo Celeste por la bóveda que envuelve la humanidad y la cubre y protege sin importar quiénes somos.”

Celeste vía Instagram

Nia nos comenta que llevar una marca a la sostenibilidad es muy difícil, por ejemplo, la materia prima al tener un costo más elevado, lo sostenible se convierte en menos accesible. De ahí viene la dificultad económica de no poder acceder a una prenda sostenible, lo cual a veces nos lleva a comprar fast fashion o prendas de mala calidad. Y esto hace aún más difícil acostumbrar a las personas a consumir productos sostenibles.

Para Nia es muy importante que su reflexión en torno a la moda se vea expresado en el concepto de Celeste y, para ella, esto es un compromiso constante: desde cómo se extrae la materia prima, pasando por las manos que elabora la prenda, hasta que la persona que reciba el producto sienta el compromiso con el medio ambiente.

Yo trabajo para ellas, no ellas para mí

“Es imposible que una marca sea 100% sostenible; se hace lo mejor que se puede porque el mundo ya no es sostenible. La manera que estructuramos nuestra realidad ya no es sostenible. Como marca, por ejemplo, no tendríamos que exportar, porque el hecho que usa un avión o un bus para llevar la prenda ya no es sostenible; al poner una etiqueta que va a terminar en la basura, ya no es sostenible; usar combinación de telas, ya no es sostenible. Pero todo eso, como creadores, nos lleva a resolver acertijos y a mí me encanta resolver acertijos”

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A diferencia de marcas fast fashion y la producción de lotes y lotes de ropa, sin prestar atención a los detalles de las prendas y mucho menos a la adecuada remuneración de sus trabajadores, Celeste trabaja de la mano con mujeres que han armado sus propios talleres y son ellas mismas quienes ponen su precio. Como Nia dice “yo trabajo para ellas, no ellas para mí.

Una solución muy interesante ante la dificultad de muchos para reciclar o movernos junto a la sostenibilidad, Celeste utiliza una base de datos donde almacena información de sus clientes y pasando una cantidad de años considerable donde se vea que la prenda ya no tiene vida, pueden devolverlos para ver cómo podría ser reutilizado, además que aplica el porcentaje de descuento en su siguiente compra. “Siempre es importante pensar en una economía circular”, nos menciona la genia detrás de Celeste.

Para finalizar, Nia nos deja un mensaje muy importante: “Hay que mostrar que la humanidad puede seguir evolucionando, por ello debemos elegir comprometernos, generar un movimiento, un cambio. Si, como individuo, quiero que se dejen de talar árboles, nuestra acción para evitar eso empieza por saber de dónde proviene nuestra ropa. Cuestionarnos siempre qué tipo de habitantes queremos ser y eso es lo que queremos lograr con Celeste.”


Portada por Lorena Naveda

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