Discusiones

La moda en la política: breve análisis sobre la Primera Dama del Perú, Lilia Paredes

Las personas no podemos desentendernos de la política, ya que desde del momento que nacemos y convivimos en una sociedad, nuestras propias decisiones y las relaciones con otras personas generan acciones políticas. A pesar de que esta misma se ejecuta a partir de la individualidad de la persona, esta no queda exenta de las relaciones de poder que se reproducen al desenvolverse en un espacio público. Y esto es justamente lo que la moda en la política representa: ese poder que se manifiesta cuando una figura pública y, sobre todo, una con cargo político se expone ante nosotros.

La relación que mantiene la moda con la política es enviar un mensaje a través de los símbolos particulares que presenta la imagen pública, esto es que el discurso que pronuncian los candidatos vaya acorde a la imagen que proyecta y que el usuario receptor perciba la congruencia de ambos. Es aquí donde percibimos a dos sujetos: aquel que posee el cargo político y el espectador que juzga; teniendo en cuenta que ambos sujetos toman gran importancia al momento de analizar la moda en la política.

La moda, al igual que influye en nuestras relaciones cotidianas cuando buscamos imitar consciente o inconscientemente a una celebridad o figura pública, también influye en nuestras decisiones políticas cuando se construye una relación de poder entre aquel que lo proyecta y nosotros mismos. Además para poder ser reconocido en un grupo, debemos tomar en cuenta el discurso verbal y no verbal, siendo el primero aquel que generamos a través de las palabras y mensajes emitidos cuando nos dirigimos hacia el resto y el segundo es una de las maneras más próximas que tenemos para que el otro se refleje en nosotros.

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Melania Trump con un mensaje muy polémico en su chaqueta “realmente no me importa, y ¿a ti?” cuando visitaba a niños inmigrantes, separados de sus padres por políticas del gobierno de Trump. Foto por Getty, Cordon Press.

A pesar de que la imagen pública es importante para los políticos y sin querer queriendo también para nosotros, no debemos quitar el protagonismo a la postura ideológica del sujeto que, al fin y al cabo, es el motor de todo. No está demás recalcar que al elegir o votar por alguien, lo hacemos teniendo en cuenta que sus creencias sean las más parecidas a las nuestras, ello nos transmite confianza, sumado a su comportamiento y su imagen.

Indudablemente, las redes sociales se han convertido en medios de interacción que han servido para bien y para mal para los personajes políticos. Al ser plataformas donde las palabras al igual que las imágenes o videos ayudan mucho a abrir hilos de conversación, las apariencias sí importan. Por lo que la comunicación, tanto verbal como no verbal, es la clave para transmitir dicho mensaje. No se trata solo de relacionarse, si no de aceptar al sujeto político y seguir defendiendo nuestra propia identidad. Esto es una tarea muy difícil para muchos de nosotros, porque casi siempre cuando el sujeto llega al poder, la imagen que proyectaba es dejada de lado y nosotros, además de sentirnos traicionados, entramos en contradicciones.

La moda, en los últimos años, ya no es vista como un simple tema trivial del cual discutir, ahora, por el contrario, ha transformado tanto a las sociedades que deja historia a través de su vestimenta. Es hora de resaltar el poder y el propio lenguaje que se crea a través de la moda, ya que la indumentaria tiene la capacidad de simbolizar la propia historia y su cultura.

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Controversial colección de Hussein Chalayan, “Between Burka” sobre la invisibilización de la mujer, libertad religiosa y derecho de la mujer a su vestimenta. Foto vía Vein Magazine.

¿Moda en la política peruana?

Para ejemplificar la influencia de la moda en la política y entender cuál es el impacto de esta misma, hablaremos sobre la primera dama del Perú en la actualidad, Lilia Paredes, quien, junto a su esposo, el presidente Pedro Castillo, al principio de las campañas electorales tuvieron la intención de comunicar un mensaje claro: escuchar a aquellos peruanos que han sido olvidados y que no encuentran en la figura del candidato limeño promedio a alguna persona que los represente. Y definitivamente Castillo a través de su discurso y su vestimenta, (lenguaje verba y no verbal) fusionó el componente cultural con el de la identidad. Pues es así que su lugar de procedencia y accesorios claves que llamaban la atención de sus seguidores, propagaron la confianza, y por ende el voto, de más de la mitad del Perú.

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Pedro Castillo y Lilia Paredes en un viaje presidencial. Foto vía Wikipedia.

Un factor que ayudó a propagar la confianza fue la vestimenta de ambos. La vestimenta sencilla -pero no por eso no planeada- ayudó a crear la imagen que querían reflejar en el público. Se veían con zapatos, blusas, camisas y pantalones cómodos que regularmente solemos vestir en nuestro día a día, añadiendo detalles de colores andinos, elementos que hizo que los pueblos que han sido olvidados por muchos sujetos políticos se sientan reflejados en ellos.

Cabe resaltar que no es la primera vez que políticos usan estos colores como estrategia en su vestimenta. Un claro ejemplo de ello es el expresidente Evo Morales.

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Una de las tantas comparaciones que se hicieron entre el presidente de Perú, Pedro Castillo (izquierda), y el expresidente Evo Morales (derecha). Foto sacada de La Lupa.

Pero, ¿cuál es el rol de la Primera Dama?

La primera dama es aquella figura que forma parte de la estructura familiar más importante del país y que, gracias a la evolución de la participación de la mujer en la vida política, ya no solo cumple el rol de acompañante, si no que ha tomado un papel activo en la formación de programas que se dediquen a tratar problemas sociales, con niños y mujeres del país, involucrándose también en asuntos políticos. Ellas influyen mucho en el país. Por ejemplo, algunas mujeres que han formado parte de la historia por ir más allá de su rol de acompañante de primera de dama son Jackie Kennedy, Michelle Obama, y por supuesto, en el Perú, Nadine Heredia (irónicamente).

Dada su firme participación en eventos públicos, muchas de ellas se vuelven modelos a seguir, siendo alabadas por sus valores, dedicación al trabajo y familia. Sin embargo, al ser figuras públicas, tampoco quedan libres de críticas negativas.

El impacto de Lilia Paredes como Primera Dama no ha sido del todo positivo. Es más, debido a recientes denuncias, ha generado rechazo por parte de la población. Asimismo, las diferentes vestimentas que lució en distintos eventos fueron criticadas por peruanos, recayendo muchas veces en una contradicción.

Una de estas críticas fue antes de que su esposo diera la juramentación como presidente electo. En dicho evento una reportera le dijo “Ahora ustedes ya están pensando en el momento de que se pueda realizar ya toda la juramentación del electo presidente, quizá están pensando en su vestimenta adecuada, en ir con sus hijos, con toda su familia”. A lo que Lilia contestó “Señorita, la vestimenta no le hace a la persona, las buenas acciones son lo más importante que uno puede lograr o hacer con la gente más humilde del Perú”

Dicha respuesta que aludía despreocupación por lo que usaría en la ceremonia generó simpatía por gran parte de la población peruana quienes aplaudieron sus palabras; pues, fielmente, seguía la postura que plantearon desde el principio de la candidatura.

Personalmente, creo que el comentario hecho por la periodista no tiene mucha cabida, ni ahora ni en tiempos pasados. Este tipo de pregunta me recordó mucho a los eventos de Hollywood y las alfombras rojas, en donde existe una pregunta recurrente hacia las actrices y mujeres que pasan por la pasarela, ¿Qué estás vistiendo hoy?, dejando de lado preguntas importantes sobre su trayectoria artística. Sin embargo, ya existen más celebridades mujeres que responden de la siguiente manera: ¿le haces la misma pregunta a los hombres?, ¿es tan importante mi ropa?, ¿pregúntame sobre mi nueva película?

Regresando con el suceso de Lilia Paredes, poco tiempo después tuvo lugar la ceremonia a la cual la periodista se refería. Lilia asistió con un abrigo y vestido rosa por encima de la rodilla, por los cuales llovieron las críticas (muchas de ellas con comentarios racistas), donde mencionaban que la primera dama hizo su mejor esfuerzo para verse elegante.

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Look de Lilia Paredes en Fiestas Patrias. Foto vía Google Imágenes.

Entre todos los comentarios, personalmente resalto el de un personaje de la farándula peruana, Carlos Cacho, en el que menciona lo siguiente: “La Primera Dama se notó que hizo un esfuerzo, lo comenté en mis redes sociales porque no estaba tan austera como suele aparecer siempre. El 28 estuvo con un traje rosa, muy alta la falda. [El] Protocolo exige una falda por debajo de la rodilla, es una señora que ya no está para enseñar las piernas, los zapatos eran nude, no eran un 20, pero un 14 o 15 porque otras veces la hemos jalado a la Primera Dama, se notó un esfuerzo … Me parece que una Primera Dama no está para enseñar las piernas y si lo mandó a hacer (el traje) y le quedó alta la falda, entonces no me pongo panties transparentes, me pongo panties oscuras. No está para lucir las piernas y menos las rodillas”.

Agregado a ello, salió una noticia falsa indicando que el traje le había costado 2500 dólares, ya que se trataba de la marca Dolce & Gabbana, algo que la misma marca negó.

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Comparación del atuendo de la Primera Dama y un saco de D&G. Foto vía Google Imágenes.

Al parecer, ni si quiera a los seguidores les pareció adecuado que lleve puesto dicho traje.

Meses después, al asistir juntos con el presidente a la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en México, lució una camiseta jean, con un pantalón negro y zapatos cómodos. Los comentarios que criticaron su forma de vestir estallaron en las redes sociales. Inclusive, muchos de ellos recayeron en ser comentarios racistas (de nuevo).

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Foto Vía Google Imágenes.

La dicotomía de vestir bien o mal

Resulta curioso cómo es que las mismas personas se contradicen generando una dicotomía entre aquella vez que vistió un “vestido muy elegante para ella”, y el otro que “no es una ropa adecuada para dicho evento internacional”. Pero no todo fue negativo, pues también hubieron comentarios que apoyaban a la primera dama que decían sentirse identificados con ella y la sencillez de su vestimenta.

Es verdad que la vestimenta o la ropa comunican muchas cosas, y más si están vinculadas a un discurso, ya que la mezcla de ambos simboliza la representación de nuestras ideas y de lo que queremos hacer sentir a los demás, y más en un entorno político, en donde el trabajo y las acciones se ven opacadas muchas veces por la apariencia y lo que se refleja ante los medios.

Como pudimos ver durante todo el artículo, la moda o la vestimenta ha obtenido un papel muy relevante en el ámbito político siendo un medio para la identidad, representación y empoderamiento de los distintos personajes que conforman este escenario y más ahora de la mujer dentro de la política. Esto usado como una herramienta de comunicación puede brindar un gran poder a quien sepa utilizarlo a su favor, pero así como un atuendo debe tener sentido y hacer match, lo mismo debería suceder con el discurso y las acciones.


Portada por Lorena Naveda

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