
¿La tendencia del consumo de ropa de segunda mano se convertirá en un futuro en el nuevo fast fashion?
La práctica del consumo de ropa de segunda mano se encuentra a puertas de dejar de ser solamente ‘sostenible’ y convertirse en el nuevo ‘fast fashion’.
Antes de por fin conocer cuál era mi estilo propio normalmente vestía con jeans y una camiseta básica (también cabe mencionar que nunca me sentía yo misma en las tendencias y me frustraba mucho que cuando tenía el outfit en tendencia perfecto, la tendencia ya había pasado de moda, pero claro, ese es un tema aparte).
Cuando me di cuenta que podía conseguir mis prendas de ensueño en una tienda de segunda mano por una fracción del precio original fue cuando comencé a experimentar con lo que verdaderamente me gustaba. Sin embargo cada vez que visitaba la tienda de segunda mano, salía con cuatro o cinco prendas, a comparación de una boutique normal, de donde salía con una o dos prendas.
Prendas se comenzaron a acumular, no obstante yo no sentía ninguna culpa a comparación de cuando compraba prendas en tiendas fast fashion ya que tenía la idea de que estaba haciéndole un ‘favor’ al medio ambiente.
‘¡Gracias por tú compra! De esta manera estas ayudando al medio ambiente y a tu billetera‘ Este era el mensaje que me aparecía en la aplicación de venta de prendas de segunda mano, Vinted, luego de que completaba una compra.
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‘Yo consumo ropa de segunda mano asÍ que ayudo al medio ambiente’
La industria de la moda es responsable por un 10% de las emisiones de carbono mundiales cada año, lo cual es mucho mas que todos los vuelos internacionales combinados, y consume 93 billones cúbicos de agua, lo cual es suficiente para poder cumplir las necesidades de 5 millones de personas.
Comprar una prenda que ya ha sido utilizada siempre ha sido una opción mucho más eco-amigable ya que previene más desechos en los vertederos o quemaderos, por otro lado disminuye el consumo de agua y electricidad o la emisión de gases de invernadero (causados por su producción o desecho).
Sin embargo, me pregunto si comprar de manera tan acelerada gran cantidad de prendas de segunda mano puede llegar a causar que algunas de ellas terminen siendo luego olvidadas y desechadas ya que claramente no todas son esenciales.
Una pandemia más consciente sobre la sostenibilidad de tus finanzas y estilo
Tiktok ha sido un factor importante en cuanto al rápido consumo de ropa de segunda mano. Durante los primeros meses de pandemia varios usuarios comenzaron a presentar ‘Hauls’ de compras de segunda mano, así como sus outfits creados en base a estas prendas. Entre mezclas de colores extravagantes y prendas únicas, poco a poco la compra de segunda mano comenzó a convertirse en una acción más masiva.

Durante la pandemia muchas tiendas tuvieron que ser cerradas, otras formas de compra se habilitaron, como por ejemplo, el online. En Perú, específicamente, el interés por las cuentas de segunda mano en Instagram creció exponencialmente. De igual manera, en otras partes de mundo, como Europa, la popularidad de plataformas de compra y venta de artículos de segunda creciendo también muchísimo.
Según un reporte de la revista Harpers Bazaar, en el 2020 solo habían 30 millones de revendedores de ropa de segunda mano, fuertemente contrastando con el 2021 que tendría 118 millones de consumidores. Coincidentemente, si hacemos un poco más de investigación en las métricas de portales como Vinted, llegamos a la respuesta de que la mayor parte de los consumidores son las generaciones más jóvenes (menores de 35 años).
El frenesí de comprar mucho más por mucho menos
La directora del departamento de moda de Kantar, una compañía basada en Londres que se encarga de procesar datos y estadísticas, afirmó que el elevando consumo de ropa de segunda mano se debía por tres razones importantes:
- El deseo de comprar mucho mas por menos precios
- Poder conseguir prendas de muy buena calidad a un menor precio
- El deseo de gastar menos y ahorrar.
Mientras que la mayoría de tiendas de segunda mano a cargo de asociaciones de caridad han mantenido los precios originales, la mayor parte de tiendas revendedoras de segunda mano, al darse cuenta de la demanda de prendas, han agotado el stock de las tiendas de las asociaciones de caridad. Cabe resaltar que en este momento es cuando la prenda llega a subir su costo de ser prácticamente gratis a un margen de ganancia de 110%.
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Cuanto más se populariza el consumo de ropa de segunda mano, los revendedores naturalmente toman provecho de la demanda, incrementando los precios. Claramente, esto es un problema ya que eventualmente limita a las personas que dependen financieramente del mercado de segunda.
Ahora más que nunca donaciones de prendas de segunda mano siguen llegando por montones a las asociaciones; no obstante, como cualquier modelo de negocios, cuando va avanzando la red de revendedores, el precio va subiendo desde gratis a 10.
Sin embargo, ¿es esta situación culpa de los consumidores o la una industria codiciosa?
En una era llevada por una generación que denuncia una sociedad ultra consumista, las conciencias han encontrado una nueva forma de consumir. Estilos exóticos, prendas en tendencia a precios rebajados y la compra por mayor a menores precios terminó atrayendo a grandes cantidades de personas durante el inicio de la pandemia.
¿La tendencia de comprar prendas de segunda mano será observado como el ‘fast fashion’ en el futuro? Habrá que esperar para descubrirlo.
Portada por Lorena Naveda
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Fashion art director y fashion stylist basada en Florencia. Amante de la historia de la moda y las femme fatale del siglo 20.