
¿Tendencias en Lima? ¡Dejemos de pensar que el Perú es solo Lima!
El sistema de la moda en Perú funciona como un triangulo invertido, donde por supuesto encabezan las ideas occidentales sobre las tendencias en Lima y a su vez estas influyen en otras regiones, sin embargo, casi nunca se lograr encontrar tanta variedad de opciones como sucede en Lima. La escasez de stock de los retails en provincias siempre va a ser un problema para aquellos que buscan “estar a la moda”.
Y ¿por qué sucede esto? Simple: las empresas de indumentaria no se atreven a invertir en regiones donde sus pobladores no son exactamente los “consumidores perfectos” para sus productos. Hasta ahora todo esto resulta un poco obvio, sin embargo, lo que no es evidente son las consecuencias que están arrastrando consigo continuar con este tipo de sistema.
¿Qué estamos haciendo mal?
Uno de los temas que me ayudaron a interesarme por el mundo de la moda, fue percatarme de que la sociedad peruana (o LATAM para generalizar) adora de una manera extrema al que está afuera y, en el sistema de la Moda, una prueba del reflejo de la idealización occidental son las tendencias que se manifiestan en Lima. Realmente no es nada malo que se busque inspiración en tendencias eurocentristas, pues todos somos libres de elegir ese estilo que nos hace sentir cómodos y bien; pero al recaer en la alienación, se deja de lado el problema interno, que es cómo se está moviendo el sistema de la moda en otras regiones y la falta de visibilidad.
Consecuencias para reflexionar
Las tendencias que nos bombardea el mercado de la moda peruana, no son, muchas veces, consecuentes con lo que nosotros podemos usar. Por ejemplo, hace poco se volvió a emplear el layering, la superposición de prendas. Un suéter, encima un blazer, luego un abrigo, otro suéter y así hasta que no podamos caminar (sobre esto, considero que es bastante innecesario la compra de tantas prendas, cuando podemos simplemente adquirir un buen abrigo que cumpla su función). Y como es de esperarse las imágenes referenciales en las páginas web de las tiendas nos mostraban esta tendencia cuando era temporada de invierno, pero cómo reproducirlo si el clima de Lima es bastante inestable, el invierno solo dura un par de meses como para comprar todos los abrigos del mundo.

Foto vía Vogue France
Paralelamente, cuando es invierno en Lima, en otras regiones es totalmente lo opuesto y lo único que encuentran en las páginas web son propuestas para el invierno que está sucediendo en Lima.
¿Crees que las personas de Piura o del norte se atrevan a usar el layering? No lo creo. La falta de desconsideración hacia el usuario no limeño es aún un punto que la moda peruana le falta pulir.
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Foto vía El Comercio
¿Buscamos atender nuestras necesidades o buscamos atender las necesidades del sistema de la moda? Sale una nueva tendencia, adiós al closet del invierno pasado, pues yo necesito tener lo último. Innecesariamente consumimos más de la cuenta y al final notamos esa prenda escondida que compraste hace años y que aún continua con su etiqueta.
¡Oh solución al problema! “Hagamos un closet sale y de paso ayudo al medio ambiente a que la gente consuma menos” ¿irónico no?
Otra grave consecuencia que arrastra este gran problema es el querer compararnos con el otro. Las modelos que las marcas eligen para lucir su mercadería, en su mayoría son chicas skinny, a las que les “queda bien todo”. Entonces nos dirigimos a la tienda a comprar esa prenda y no era lo que esperábamos, pues la prenda no nos queda como la chica de la revista.
¿Y la inclusión de los cuerpos, ya no está presente? Sí, pero no. No se niega que poco a poco se ha ido incluyendo modelos plus size dentro del marketing de la moda, pero aún predomina el perfil de la mujer blanca con el rostro perfecto, algo con lo que definitivamente no todos los peruanos nos identificamos.
No todo es malo
Aunque hasta ahora hemos sido pesimistas con respecto a cómo funciona el sistema de la moda en Perú, rescato dos consecuencias que he podido observar en los últimos años. Debido a la carencia en los retails fuera de Lima, aparecieron los famosos “emprendimientos locales”. Estos han ayudado mucho a las personas a comprar en diversas partes del Perú, ya que ahora no es nada difícil encontrar algún Courier que pueda enviar tu pedido hasta tu casa, ya sea estando en Lima o en otras regiones. El desinterés de empresas grandes ha generado el interés de pequeñas personas para ofrecer alternativas similares, en muchos casos de mejor calidad y lo más importante que no discrimina donde vives.
Por último, la carencia de stock en los retails fuera de Lima, a pesar de generar resignación y estancamiento para expresarnos, nos lleva a acomodarnos a ideas más simples y útiles. Se va dejando poco a poco la idea de imitar a la moda occidental y la representación de vestirnos se convierte solo en cubrir nuestro cuerpo, sin alienaciones ni excesos de consumo.
Como vemos, aún queda mucho trabajo para visibilizar el mercado de la Moda peruana y empezar a descentralizar nuestra idea del que el Perú es solo Lima. Hasta ahora han surgido algunas consecuencias indirectas que se han podido rescatar, pero ¿qué más se está haciendo para apoyar el consumo local y regional en la Moda?
Portada por Lorena Naveda.
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Antropóloga e investigadora en proceso, que busca descentralizar la Moda analizando y cuestionando paradigmas. Amante de lo vintage y libros sobre historia del vestido y el cuerpo.