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Extra Craps

Emily in Paris: ¿mucha revuelta por nada?

Como varies de nosotres, hemos visto por todo lado a las personas comentar y opinar sobre la última serie en Netflix, Emily in Paris. Con mucha expectativa, nos pusimos a verla y, honestamente, no nos gustó nada. Ya que hay tantas alabanzas en torno a esta serie, decidimos ser la oveja negra y explicar por qué no nos gustó Emily in Paris.

Algo a tener en cuenta a lo largo de esta crítica es que es para leerla luego que la hayas visto, sino probablemente no tendrá mucho sentido lo que digamos. De igual forma, hay que tener en cuenta que el creador de esta serie es Darren Star y todos los episodios, menos dos, han sido dirigidos por hombres. Per-se esto no es problema, sin embargo, sí se vuelve problemático si empezamos a ver qué tipo de discursos pretende insertar en la historia.

Dos opuestos: juventud y vejez

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Emily y Sylvie en el último episodio de la serie. Foto extraída de Viste La Calle

Un primer tema que sale por todos los poros desde el episodio uno de Emily in Paris, es la forma de construir la juventud y la vejez, como dos conceptos contrapuestos y con valoraciones muy distintas.

Vemos que la juventud, encarnada claramente por los personajes jóvenes como Camille, Gabriel, Mindy, Emily y demás, se va construyendo, por sus vestires y pensamientos, como algo fresco, flexible de pensamiento, así como sensibles al cambio y a la restructuración. Esto último queda claro cuando varios de estos personajes juveniles han migrado a París desde sus lugares de nacimiento y han logrado acomodarse a la vida parisina.

Por el contrario, la vejez, encarnada por personajes como Sylvie y Antoine, se muestra con rasgos conservadores, herméticos pero con grandes aires de sofisticación.

Al centro de esta contraposición entre juventud y vejez, se encuentran las disputas entre Emily y Sylvie. Así, Emily es el personaje que llega a la agencia para poner nuevas ideas, mientras que Sylvie es el personaje que trata, a toda costa, de dejar afuera toda idea y acción propuesta por Emily. Como mencionábamos arriba, Emily es la encarnación de lo nuevo, lo fresco y lo chévere; mientras que Sylvie es lo pasado, lo que no se quiere ir aun cuando se da cuenta que ya sus ideas no sirven. De hecho, la mayoría de estrategias de marketing que realiza la agencia son obras de Emily. El personaje de Sylvie se convierte solo en una espectador de lo que hace el personaje principal.

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Pirre Caudault en Emily in Paris. Foto extraída de Netflix

Esto también es súper claro en la relación que se construye al final de la serie entre la casa de diseño Grey Space y el diseñador Pierre Caudault, en donde al diseñador prestigioso Pierre no le queda más que rejuvenecer su apariencia y concepto de marca para seguir siendo vigente en la industria, liderada por los jóvenes de Space Grey.

Como no es de sorprender, la ropa cumple un buen rol para expresar toda esta abstracción en indicios observables. Así, la ropa que viste Sylvie es muy diferente a la de Emily. La primera utiliza outfits más conservadores y de tonalidades neutras, lo cual siempre ha sido sinónimo de sofisticación, mientras que Emily viste con tonos variados, con mucho estampado, diferentes siluetas y con varios accesorios. A través de las elecciones de prendas también se puede ver esta distinción entre lo viejo y lo nuevo, la cual se traduce, en la perspectiva de Sylvie y Pierre Caudault, en la distinción entre lo sofisticado y lo huachafo.   

Un detalle más sobre esto: al principio pensamos que es más una marca que distingue americanes de franceses, pero la jefa norteamericana de Emily tiene un vestir muy similar al de Sylvie, por lo cual nos hizo más sentido que esta diferencia al vestir tenía que ver más con la edad.

Empoderamiento y rivalidad

Texto traducido: ‘y si sigues sonriendo así, la gente va a pensar que eres estúpida’. Foto extraída de París Update

Otra temática a abordar dentro de la serie Emily in Paris son las acciones del personaje principal y cómo estas se enmarcan en una rivalidad con su contraparte femenina.

A lo largo de la serie es claro que Emily tiene autonomía femenina para dejar su estabilidad emocional y afectiva para irse a cumplir un sueño personal en París. Así, aunque le cuesta su relación romántica, ella mantiene su sueño intacto, prescindiendo de la aprobación de otres; razón por la cual creemos que nunca se le muestra a Emily acongojada por su rompimiento.

Sin embargo, así como sucede con otras miles de series y películas que están centrando el foco en personajes femeninos independientes y empoderados, el discurso feminista solo es desarrollado de forma parcial. En el caso de Emily in Paris, esto es notorio ante tanta rivalidad entre Emily y los otros personajes femeninos, como Sylvie y Camille.

La relación entre Emily y Sylvie, como bien lo habíamos mencionado, se basa en una rivalidad (más del lado de Sylvie) por el éxito laboral; mientras que con Camille es más un conflicto moral por el amor de un hombre en común. Qué sorpresa.

Decimos que el discurso feminista queda corto en esta serie pues solo se centra en la parte más marketera del feminismo: el empoderamiento. Sin embargo, muchas de nosotras que nos autodenominamos feministas sabemos que hay un componente igual de relevante, que es la sororidad. En series como la de la Emily en París solo seguimos viendo cómo se perpetúa la idea de rivalidad entre mujeres. Mujeres que se pelean con otras para que no las opaquen, mujeres que pelean por un hombre, mujeres que juzgan a otras mujeres, etc.

Pareciera entonces que este discurso de empoderamiento se desarrolla en el personaje como un obstáculo o amenaza para otras mujeres. Es decir, el empoderamiento de una mujer es la amenaza de otra.

Un acápite sobre esto…

Sobre el desarrollo de la personalidad del personaje femenino principal, también tenemos que agregar que hemos leído en varias otras críticas que muches espectadores han terminado odiando a Emily, no solo por lo ingenua sino también por meterse con el novio de Camille, un personaje super amoroso y solidario con Emily.

¿Coincidencia que el mismo personaje autónomo y empoderado termine siendo odiado por les espectadores? Le dimos un poco de vueltas a esto y nos acordamos de Summer, la personaje principal de la película 500 días sin ella (o 500 days of Summer), que también terminó siendo un personaje odiado por terminar una relación amorosa a pesar de haber sido afectivamente responsable. Ahí hay algo que darle vueltas porque parece muy sospechoso que la historia le conceda empoderamiento al personaje femenino pero que luego esta misma historia se cuente para que se convierta esta se convierta en la ‘mala’.

¿Será que esto tiene que ver con quien está detrás de estos audiovisuales? 500 días sin ella es una película dirigida y escrita por hombres. Emily in París también. Es más, leyendo sobre la serie nos encontramos con que, de acuerdo al creador Darren Star, esta se encuentra basada en sus experiencias de haber pasado un tiempo en París. ¿Por qué las experiencias de un hombre se traducen en un guion con una personaje principal femenina? ¿Para qué ese relleno de rivalidad entre mujeres, entonces?

En fin, hombres hablando de experiencias femeninas y construyendo imágenes femeninas. Nada nuevo. Cerramos acápite.

La ringarde

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Uno de los outfits más ‘terribles’ de Emily acuerdo a la revista Dazed. Foto extraída de Dazed

Volviendo al tema de rivalidad entre Emily y Sylvie y aterrizándolo a la indumentaria, el episodio 6 es ilustrativo.

El conflicto que se va tejiendo en la primera temporada de Emily in Paris entre el personaje principal y Sylvie se basa, como decíamos, en la diferencia de pensamientos (Emily más abierta y con ideas feministas; y Sylvie todo lo contrario) y en el éxito laboral. Esto no solo se puede percibir por varios diálogos y comportamientos que muestran ambas sino también por cómo se construye la idea de buen gusto (Sylvie) opuesto al mal gusto (Emily).

Así, en el episodio 6 los personajes de Sylvie y Pierre Caudault hacen comentarios críticos a la forma de vestir de Emily, la cual es recargada y colorida. Estos comentarios comienzan cuando Sylvie le pide a Emily que vaya solo en tonos grises y negros para que no llame la atención (junto con quedarse callada) en la reunión con un potencial cliente, el diseñador Pierre Caudault. El ‘mal gusto’ de Emily se convierte el tema principal del episodio cuando el diseñador se va de la reunión llamando a Emily ‘ringarde’ (traducido en Netflix como ‘básica’) por portar un llavero de la Torre Eiffel en su cartera. Más tarde en el episodio, Emily acepta ante el diseñador (como forma de ganárselo nuevamente para la agencia) que efectivamente es una chica ‘básica’ y que no es algo malo porque las chicas como ellas son funcionales para las marcas de diseño a manera de groupies.

Así como el episodio 6, en varias escenas de los primeros capítulos se le juzga a Emily por lo que lleva puesto, como en las miradas juzgonas de arriba para abajo y en el apodo ‘la plouc’ (traducido como ‘la pueblerina’). Así, esta rivalidad entre Emily y Sylvie se expresa también en la indumentaria.

Les otres

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Emily, Mindy y Julien como les otres en Emily in Paris. Foto extraída de Tom & Country Magazine

¿Se dieron cuenta que los únicos personajes de Emily in Paris que se visten ‘diferente’ son Emily, Mindy y Julien? ¿Qué los une? Luego de pensarlo mucho nos dimos cuenta que lo único que une a todos estos personajes es que son les otres: Emily y Mindy son migrantes y Julien, si bien es francés (o al menos no dice lo contrario), es el personaje homosexual.

Emily y Mindy tienen vestires muy parecidos, y como migrantes, esto marca una diferencia respecto al resto de personajes que son franceses (o europeos). ¿Para qué remarcar con la vestimenta que son migrantes? No sabemos, pero intuimos que es para reforzar la distinción entre lo sofisticado/europeo y lo ‘básico’/no europeo.

Finalmente, el personaje de Julien, el compañero de la oficina de Emily y quien era el primero en hacerle bullying a Emily, también viste muy similar a Emily y Mandy, utilizando muchos colores y estampados en sus outfits. Sin embargo, nadie lo mira mal y creemos que es por esta ‘licencia’ estereotipada que se construye alrededor de los personajes homosexuales. Así, Emily, Mindy y Julien constituyen, a través del vestir, esos otres frente a la normativa eurocéntrica y heterosexual de la serie Emily in Paris.


Portada por Lorena Naveda

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