
La vejez en la moda: ¿por qué no vemos personas mayores en la moda?
La semana pasada hablamos en esta misma sección sobre la falta de representación de la gordura en la moda. Ahora nos toca hablar sobre otro vacío representacional: la vejez en la moda.
Antes de empezar, les dejamos opiniones de nuestrxs seguidorxs al respecto, junto con los resultados de una breve encuesta que hicimos por nuestra cuenta de Instagram (si no nos sigues ya sabes a dónde darle clic)
Al igual que muchxs otros aspectos que hemos analizado en esta sección, como el género y la clase social, el envejecimiento debe entenderse también como un constructo social y cultural. De acuerdo a Julia Twigg, investigadora inglesa especializada en estudios de la vejez, “la vejez sigue siendo tratada de forma naturalizada a la biología, como lo fue el género hasta 1980, lo cual hace que su significado cultural esté descuidado” (2013, p.80).
Esto no quiere decir que entendamos la vejez como un aspecto desligado a la biología, sino que queremos decir que el concepto, como elemento abstracto, está determinado por discursos sociales (como lo bello y lo feo, lo malo y lo bueno) y que ello, indudablemente, aterriza en cómo la sociedad se refiere, trata y valora los indicadores corporales relacionados al concepto, como las arrugas.
Disclaimer: se tratará de forma especial el caso de la vejez entre las mujeres, pues es el grupo social que sufre mayor presión cultural ante el envejecimiento. Si no te lo crees, solo compara el número de productos anti-age que tiene tu papá versus el que tiene tu mamá.
La vejez como lo no-joven
Si hacemos un recorrido mental por todo lo que hemos visto de la moda peruana e internacional, probablemente nos demos cuenta que la mayoría de personas que salen retratadas dentro de este sistema son jóvenes. El único sitio donde aparecen personas mayores, lamentablemente, es en publicidades de medicamentos, pañales o seguros de salud, y en la moda probablemente en artículos de algunxs artistas ya envejecidos recordando su época de juventud.
Así, de acuerdo a Anne Jerslev (2017), profesora danesa sobre estudios de medios, las características asociadas a la cara joven son la pulcritud y la perfección, siendo ejemplos la piel sin manchas, el cabello brillante y la cara simétrica. Los signos del envejecimiento, dado que se caracterizan por lo contrario (manchas de sol, párpados caídos y piel seca), son considerados feos. Esto lo entienden muy bien las industrias de las apariencias, como la cosmética y la moda, las cuales, de acuerdo a Jerslev, se basan ‘’en la lógica comercial y cultural de ser bueno en esconder la edad y el proceso de envejecimiento” (2017, p.5)
Esto es super importante pues la juventud se ha vuelto el eje que articula industrias tan grandes e influyentes como la moda. Como recalca Julia Twigg, “este cuerpo joven y bello es el que los diseñadores quieren vestir y aquel que es presentado a través del sistema de la moda” (2013, p.80). Si todo lo que se quiere mostrar son cuerpos jóvenes, entonces la vejez en la moda no tiene espacio en esta industria ni en broma.

Es más, de acuerdo a la misma investigadora, lo que buscan las revistas de moda es justamente perpetuar la idea entre sus lectorxs de que siguen siendo jóvenes, tanto como aquellos cuerpos que ven retratados en sus portadas. “El rol de las revistas de moda […] busca reflejar a los lectores una versión idealizada del mundo, permitiéndoles identificarse a nivel artificial con un “yo” más joven –delgado, inteligente y adinerado- del que realimente son” (Twigg 2013, p. 84)
Y, ¿por qué autoengañarse? Julia Twigg la sigue teniendo clara (y por eso nos encantó tanto leerla). “Se tiene la idea generalizada de que al llegar a la vejez es momento que la persona se esconda del ojo público. Hay una presión por pasar desapercibido y dejar de ser visible.” (Twigg 2013, p. 81).
En el momento en el que unx se empieza a autopercibir como viejx se empieza a sentir viejx también y eso, indudablemente, viene cargado de toda la connotación negativa que la sociedad ha generado alrededor del concepto. Para ponerles un ejemplo sobre esto, Twigg nos habla de que el cuerpo de las mujeres ‘’es juzgado negativamente bajo una norma cultural que relaciona la sexualidad con la juventud y que presenta a los cuerpos envejecidos como inadecuados, defectuosos o fallado y que, por ello, debe ser cubierto o escondido” (Twigg 2013, p.88)
Ante ello, no es de sorprender entonces que todxs estemos muertxs de miedo de vernos a nosotrxs mismxs como viejxs. Y claramente lo estamos pues en consecuencia han surgido dos estrategias: la cara cosmética y la idea de ‘envejecer con gracia’.
No nos vamos a detener en la primera estrategia pues, además de quedar clara la idea con ese nombre, la segunda es mucho más relevante de analizar como una forma de afrontar caletamente ese rechazo social por la vejez en la moda, sobre todo.
¿’Envejecer con gracia’ es la solución a la falta de representación?
Repuesta corta: no.
Este discurso, si bien se posiciona como contrario al de la cara cosmética, pues rechaza las cirugías y supuestamente abraza todos los indicadores corporales de la vejez, tampoco tiene una perspectiva positiva sobre el envejecimiento y sus procesos. De acuerdo a Linn Sandberg, investigadora noruega en estudios de género, ‘’uno de los problemas centrales del discurso del ‘envejecer con gracia’ es que no desafía la jerarquía de la edad y el envejecimiento. Por el contrario, mantiene la juventud y sus características como deseables‘’ (2013, p.13).
Así, el ‘envejecer con gracia’ implica finalmente no envejecer: seguir viéndose delgadx, activx y cuidarse de las arrugas. Un claro ejemplo del ideal de ‘envejecer con gracia’ está en las representaciones de personas mayores que salen en suplementos vitamínicos. Pensemos en los señorxs del comercial de Ensure. Dejando pasar el hecho de que siempre son blancxs, estxs se ven viejxs, pero porque tienen canas y están ligeramente arrugadxs, porque luego actúan de forma juvenil. Ensure les permite envejecer con gracia, es decir, retrasar en lo posible los signos ‘negativos’ del envejecimiento.

Esta representación, a la cual dicho sea de paso solo se puede acceder si unx es privilegiado en tener el dinero para invertir en estos productos y en tener espacio de ocio para pensar en cómo retrasar su envejecimiento, es importante de analizar pues es utilizada ampliamente para tratar la vejez en la moda.
Si bien la moda se basa siempre en reproducir este ideal de belleza en la cual el envejecimiento no es bienvenido, hay una excepción que hace que un rostro envejecido pueda aparecer de portada: la de la modelo que alguna vez tuvo una juventud esplendorosa. Así, Jerslev explica que dentro de la fotografía de moda ‘’la razón para la selección de modelos [mayores] es que sean conocidas y sofisticadas, pues de otra forma sus cuerpos envejecidos no serían de interés.” (2017, p.11).
El requisito, finalmente, es que se vea un ‘envejecimiento con gracia’, que la elegancia y el ‘buen’ envejecimiento se note. ¿Mostrar este tipo de modelxs mayores significa que ahora se le da lugar a la vejez en la moda? Absolutamente no, pues aún se busca la “eliminación del tiempo y su inscripción en el cuerpo” (Jerslev 2017, p. 10).
Moldear la subjetividad
Si pensaban que nos íbamos a ir solo en críticas, claramente no han leído el resto de nuestros artículos.
Hay que tener en cuenta que la edad adulta exacerba otras desigualdades sociales como el género y la raza (pues no es lo mismo ser viejo, hombre y blanco, que ser vieja, mujer y afro) sino que es una posición social en sí misma. Esto quiere decir que ‘’todo aquel que sea designado viejo obtiene una pérdida de poder independientemente de las ventajas que tenga en otras jerarquías sociales‘’ (Calasanti, Slevin y King 2006, p. 17).
Desde nuestra humilde trinchera proponemos convertir el proceso de envejecimiento (y todas sus expresiones corporales, anímicas y demás) como un conjunto de nuevas experimentaciones, sentires y autopercepciones con nuestrx cuerpx, nuestra identidad y con los otros. Como plantea Sandberg, ‘’el cuerpo material debe ser entendido como aquel que tiene la agencia suficiente para también moldear la subjetividad y la sociabilidad‘’ (2013, p.17)
¿Quieres leer más sobre esto?
Te dejamos la bibliografía sobre vejez y moda utilizada para realizar este artículo ???
- Calasanti, T., Slevin, K. y King N. (2006) ‘’Ageism and feminism: From ‘Et Cetera’ to Center‘’ NWSA Journal vol. 18, n°1. Descarga libremente aquí.
- Jerslev, A. (2017) ‘’The elderly female face in beauty and fashion ads: Joan Didion for Céline‘’. European Journal of Cultural Studies, 1-14. Descarga con permiso aquí.
- Sandberg, L (2013) ‘’Affirmative old age – the aging body and feminist theories on difference‘’. International Journal of Aging and Later Life 8(1), 11-40. Descarga libremente el artículo aquí.
- Twigg, J. (2013) ‘’Fashion, the Body and Age‘’. En: Black, S; Entwistle, J; et al. (Eds.) The Handbook of Fashion Studies. Londres: Bloomsbury. Descarga libremente el capítulo aquí
Portada por Lorena Naveda
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Feminista en constante cuestionamiento. Antropóloga y gestora cultural obsesionada por ver la moda como objeto sociocultural.